La ceremonia de Azahara y Christian fusionó lo rústico con lo elegante. Los olivos, provenientes de sus propios campos en Castellón, adornaron cada rincón, mientras que los limones añadieron un toque fresco y vibrante.
Las flores también fueron protagonistas, tejiendo sutiles notas de color y fragancia que envolvían la atmósfera con su magia. Esta maravillosa decoración floral contribuyó a crear un ambiente inolvidable.
Desde Bilbao hasta este encantador escenario en las bodegas Castillo de Monjardín, cada detalle reflejaba la esencia natural de la pareja y su amor por los elementos orgánicos y auténticos en su celebración de boda