La atmósfera de la Masía del Carmen, capturada en las fotografías de Gloria Byler, evoca la elegancia y la calidez que envolvieron cada momento de la boda.
Las flores utilizadas tanto en la ceremonia como en el banquete estaban cuidadosamente seleccionadas en tonos suaves de rosa, naranja, beige y azul, creando una armonía visual que añadía calidez y elegancia a cada momento de la celebración.